Resurgimiento

Fin de año, pero nada termina.
Iniciamos el año, creyendo y bailando.

El año pasado había empezado con la seguridad de que este iba a ser un muy buen año, y hoy puedo ver en perspectiva como todo se fue dando. No hay nada que no podamos mover con nuestra energía, ninguna proyección que no vaya a realizarse si realmente la deseamos, ya sea buena o negativa, hay que hacerse cargo de los propios límites y saltar la barrera cuantas veces se pueda.

Últimamente un cambio importante, todavía en proceso:
Flexibilizar en lugar de romper.

Cuando empecé el año venía con un guión de largometraje abajo del brazo.
A ese guión le faltaba trabajo, por más que había estado puliéndolo el año anterior. Sabía que ese era el proyecto a realizar y conocía a la gente con quien quería hacerlo.
Mis amigos en el equipo se mantuvieron presentes, llueve o truene (literalmente), y salimos adelante con mucha garra y visión, sin contar la capacidad de adaptarnos a distintas situaciones imprevistas, como cuando se bajó la actriz principal de la película.

No es un dato menor… pero felizmente la falta de la figura “principal” dinamitó la estructura pre-establecida y lineal del guión, y me obligó a reinventar la película una vez más -cuando ya iba por la versión 12 del guión técnico.

El punto cero. Miro la película en su primer armado, con toda su potencialidad, sus aciertos y sus falencias y me acuerdo una jornada que hablábamos con las chicas del equipo: “estamos haciendo un largo”. Sí, todo un desafío. Pero llegados los 60 minutos y más, con cada una de las imágenes en la cabeza ahora latiendo desde el monitor, me doy cuenta de la responsabilidad que lleva el realizador al transmitir un mensaje. Somos capaces de hacer lo que proyectamos.

Pudimos plasmar lo imaginado, y ahora, teniéndolas a disposición para editar, es cuando de verdad empieza el juego
¿Cuál es la mejor manera de expresar lo que quiero decir?
Entiéndase por “mejor” algo totalmente subjetivo, pero también creo que cuanto mayor sea la subjetividad, más universal es el mensaje. Nos diferenciamos en la forma de decir las cosas, pero todos nos damos cuenta cuando algo fluye o no, cuando te transporta o ensueña. No hay que tener una capacidad especial para sentir, pero la realidad demuestra hay que desarrollarlo, como todo lo demás. Nuestro trabajo consiste en que haya menor distancia entre las ideas y las prácticas. Nuestro propósito consiste en acercarnos a los otros.

Podría quedarme con una versión medio pelo de la propia película, como si no me percatara de los errores que existen todavía, sus distintas debilidades… pero simplemente no soy así. Veo las posibilidades de los contrapuntos entre las capas de imagen, lo que puede aportar una música o un sonido climático, coloraturas especiales y sus diálogos conjuntos con la voz en off.

Me llaman las ganas de redoblar la apuesta, de tomar la película por asalto y hacerla mía, con toda la flexibilidad que ofrecen las piezas, llevarla a un nivel poético mayor. Abrir sentidos y esclarecer la trama, agudizar las actuaciones con el montaje y enfatizar su carácter con nuevos doblajes de sonido. Postproducción audiovisual que la van a llevar a otra dimensión, con un fuera de campo profundo en lo sonoro y una imagen pictórica y actual, fotográfica y latente.

Todavía estoy cambiando, y lo que descubrí en lo humano durante este año va a aparecer expresado en la película, sin dudas, como interrogante. Como una apertura al vacío. Como el resplandor que se abre entre los árboles, que susurran en la oscuridad. Todavía estoy debatiéndome como decirlo, pero tengo tiempo hasta fines de febrero ;)

Muchas fueron las alegrías que me dio este rodaje, y también el encuentro con los compañeros en las clases, muy enriquecedor en las conversaciones y avances de sus propios proyectos. La facultad como otra casa, y seguimos adelante.

Queda mucho por audiovisionar… Mañana despertamos para vivir otro día más.
¡Vamooos!

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